Un gobierno amable y una oposición simpática

Parece que el “buen talante” llena la esfera política de estos últimos meses. Ante la táctica de Zapatero, hoy ya presidente del gobierno español, de obrar con más diálogo y tratar tanto a la oposición con una carácter mas amable, parece que ha terminado estableciendo precedente y Mariano Rajoy no quiere quedarse atrás por lo que se ha apuntado velozmente a tal aventura. De ello es clara muestra las últimas declaraciones en que el Partido Popular afirma que Acebes comparecerá en la comisión de investigación del 11-M cuando se lo pidan.
No se si en todos ustedes, esta frase ha causado la misma estimulación, pero yo he de confesar que no he podido dejar de esbozar una sonrisa. Parece al menos un cierto atrevimiento lanzarse con tal afirmación cuando está aun presente la tragedia del 11 de marzo y la gestión que el Partido Popular realizó de la misma.
Haciendo un pequeño ejercicio de memoria colectiva, seguro que somos capaces de recordar los últimos meses del gobierno de Jose María Aznar que fueron caracterizados por la oscuridad y la falta de contenidos de sus declaraciones y manifestaciones públicas.
Al negarse a responder e incluso afirmar no tener nada que decir, pequeñas trocitos de confianza se desgajaron y fueron sembrando el resultado electoral del 14 de marzo.
Si Aznar fue votado para cambiar la forma de hacer política antes de 1996, y lo hizo, Zapatero ha sido investido presidente del gobierno para lo mismo, y su primer examen durará exactamente cuatro años.
El Partido Popular vio como la gran mayoría de los españoles depositaron tanto en el 96 como en el año 2000 la confianza sobre ellos, pero esta ha terminado caducando como consecuencia de unas formas toscas, complicadas de asimilar y más que nada, fácilmente asosiables con otros momentos históricos.
La seguridad en uno mismo y en lo que se hace es respetado e incluso admirado por el publico en general, pero la actitud chulesca y prepotente es tratada con intransigencia por una ciudadanía, que ya hace 29 años se cansó de un “talante personal” fundamentado en la figura política única.
Todo país, busca su líder, y si bien, muchos votan a un ideario de partido, no cabe duda que el movimiento social y del voto es el que determina el resultado de cualquier elección. La gestión eficiente, la honestidad, la capacidad de trabajar y de movilizar a los demás, de vencer y de convencer, son cualidades necesarias en un político, pero también, y aún más con los nuevos tiempos de globalización y encuentro de culturas, hacen falta políticos capaces de dialogar con todos y no ofender a ninguno sin por ello dejarse manejar o llevar por ellos. Parece que Rodríguez Zapatero ha sido elegido para ello, y solo nos queda la esperanza y el anhelo de que pueda cumplir con el duro trabajo encomendado ayudando así a construir una nueva gran esquina mundial, en que todos los pueblos y ciudadanos del mundo, de cualquier credo, religión o cultura puedan cruzarse, saludarse, y entretenerse juntos, tal y como el Fórum de las Culturas que Cataluña respira cada día desde comienzos del 2004 promueve con absoluto acierto.